Una bodega bien equipada requiere una buena ventilación, que evite la acumulación de humedad.
Pero a menudo esto sólo se descubre cuando la humedad y la condensación empiezan a suponer una amenaza para la cosecha almacenada en el sótano.
Este problema se puede resolver sin reparaciones importantes, aseguran los residentes de verano experimentados.
La condensación y la humedad representan una amenaza para algo más que sus cultivos.
En un ambiente cálido y húmedo, los hongos y bacterias se multiplican rápidamente, lo que puede suponer una amenaza para la salud.
Además, estas condiciones de almacenamiento no son adecuadas para todas las hortalizas.
Por lo tanto, necesitará una caja sin agujeros o un balde, así como un suministro de cal viva.
Dependiendo del tamaño de la bodega, es posible que se necesiten uno o dos de estos tanques o más.
La cal absorberá activamente toda la humedad generada en la habitación y, junto con la humedad, desaparecerá el olor desagradable.
La cal viva en sí no emite olores persistentes, por lo que no hay que preocuparse por la calidad de la cosecha.