Toda ama de casa quiere que el cristal de la ventana que lava permanezca limpio, transparente y brillante el mayor tiempo posible.
Resulta que este resultado se consigue sin ningún problema.
Hay un aditivo secreto que convierte el agua corriente en un súper remedio.
Lava los cristales con el líquido resultante y quedarás perfectamente limpio. No habrá divorcios.
El vidrio conservará su transparencia y brillo durante al menos 30 días.
Coge un balde, llénalo con agua tibia y añade dos tapitas de suavizante.
Mueva el contenido del recipiente con cuidado.
Sumerja un paño limpio en el líquido resultante y “camine” sobre el vaso.
La etapa final es el uso de un destilador de agua. Este es el nombre de un raspador con accesorio de goma. El dispositivo está diseñado para eliminar el agua de diversas superficies.
El resultado del procedimiento no será solo una ventana perfectamente limpia.
Se manifestará otro efecto interesante: el polvo no se depositará en el vidrio durante mucho tiempo. Y todo gracias al acondicionador que se añadió al agua.