Mucha gente se enfrenta al hecho de que la cocina no huele como nos gustaría.
Para evitar caer en una situación tan incómoda, conviene comprender las principales fuentes de este problema.
Ésta suele ser la razón principal. Aproximadamente una vez a la semana es necesario lavar el refrigerador con una solución de bicarbonato de sodio o vinagre. También conviene dejar una pequeña cantidad de refresco, sal o café en el equipo para neutralizar el olor desagradable.
La basura se debe sacar todos los días. Después de eso, el balde se lava con soda. Luego, debe colocar la bolsita de té aromatizado en el balde y solo después comenzar a usarla para el propósito previsto.
No olvides que la campana también debe limpiarse periódicamente. Si está “escondido” bajo una capa de grasa, se garantiza un olor desagradable en la cocina.
Si sus muebles están dispuestos de tal manera que haya espacios vacíos entre las posiciones, entonces debe tener el mayor cuidado posible: si la comida entra en la cocina, olerá desagradable.