Existe la opinión de que las sandías "niñas" son más sabrosas y tienen menos semillas.
No es difícil reconocer una sandía "niña". Esta sandía tiene una forma más redonda y unas rayas más difuminadas.
También debes fijarte en el “ombligo” (el lugar donde estaba la flor): en las sandías “niña” es más grande.
Sin embargo, es necesario prestar atención no sólo al "género" de la sandía.
En primer lugar, la cola debe estar seca. Esta es una señal de que la fruta ha madurado en el jardín.
También una señal de que la sandía ha madurado en el jardín es un barril amarillo.
Además, debes prestar atención al sonido que hace la sandía al golpearla.
La sandía debe sonar fuerte. Esto significa que la pulpa está madura.