El almidón es un producto asombroso que se puede encontrar en casi todos los hogares.
Sus usos van mucho más allá de la cocina.
Este ingrediente universal puede solucionar muchos problemas cotidianos de los que muchos ni siquiera son conscientes.
El almidón es un excelente auxiliar de limpieza. Se puede utilizar para limpiar alfombras y muebles tapizados.
Basta espolvorear la superficie contaminada con almidón, dejar actuar 30 minutos y luego aspirar.
Este método elimina eficazmente las manchas de grasa y refresca la tela. Además, el almidón ayuda a eliminar los olores desagradables de los zapatos.
Basta con echar un poco de almidón dentro de los zapatos por la noche y sacudirlos por la mañana. Tus zapatos se volverán frescos y olerán bien.
El almidón también puede resultar útil durante el proceso de lavado. Añadir una pequeña cantidad de almidón al agua al enjuagar la ropa le aporta un extra de frescor y facilita el planchado.
Para planchar prendas de encaje o cuellos de camisas, se puede preparar una solución de almidón: diluir una cucharada de almidón en un vaso de agua fría y luego agregar agua hirviendo hasta obtener la consistencia deseada.
El tejido se humedece con esta solución antes del planchado, lo que le confiere rigidez y un aspecto cuidado.
En la cocina, el almidón es indispensable no solo como espesante para salsas y gelatinas. Se puede utilizar para darle un toque crujiente a los alimentos fritos.
Basta con enrollar trozos de carne o pescado en almidón antes de freírlos. El almidón también ayuda a que los productos horneados sean más tiernos y quebradizos.
Reemplazar una pequeña porción de harina con almidón en una receta de galleta o bizcocho mejorará enormemente su textura.
El almidón también se utiliza en proyectos creativos. Puedes hacer plastilina casera mezclándola con agua, sal y colorante alimentario.
Esta plastilina es absolutamente segura para los niños y se elimina fácilmente de las superficies.
En costura, la pasta de almidón se utiliza para almidonar encajes y dar rigidez a diversos elementos decorativos.
Los jardineros también han encontrado usos para el almidón. Puede utilizarse para controlar las hormigas en los parterres del jardín.
Una mezcla de almidón y azúcar en polvo, esparcida por los caminos de las hormigas, atrae a los insectos, pero no es digerida por ellos, lo que provoca la muerte de la colonia.
Además, el almidón puede servir como una alternativa respetuosa con el medio ambiente a los tratamientos químicos contra plagas para las plantas.