En aras de la limpieza y en la lucha contra los gérmenes, las amas de casa suelen utilizar lejía. Una forma económica y rápida de deshacerse de los olores y bacterias desagradables.
Sin embargo, no todas las superficies de la casa reaccionan normalmente a los productos de limpieza que contienen cloro.
Te contamos en qué casos la lejía puede causar daño.
Este producto no se puede utilizar para ordenar los utensilios y platos de la cocina. Puede envenenarse fácilmente o tener una reacción alérgica.
Los productos acrílicos no se pueden limpiar con compuestos que contengan cloro. Para esta superficie, la sustancia es bastante agresiva y puede dañar el revestimiento o cambiar su color.
A menudo, después de limpiar con cloro, una bañera acrílica lisa se vuelve áspera.
El cloro no se utiliza para limpiar productos de madera, ni tampoco para laminados y linóleo.
Después del uso regular de lejía, su apariencia será desagradable.
Lo mismo sucederá con la limpieza de productos de piedra natural, como el mármol.
La piedra se oscurece rápidamente y pierde su brillo. Como resultado, todas las gotas y manchas se vuelven visibles.
Anteriormente te contamos con qué no debes lavar las ventanas de plástico .