El cabello que rápidamente se vuelve graso puede ser un verdadero dolor de cabeza.
Este problema dificulta sentirse seguro y bien arreglado, lo que obliga a dedicar mucho tiempo a lavarse y peinarse con frecuencia.
¿Por qué el cabello se ensucia tan rápido y qué se puede hacer para solucionar este problema? Necesitamos estudiar este tema con más detalle.
El exceso de cabello graso está asociado con el trabajo activo de las glándulas sebáceas, que producen sebo (sebo). La principal función del sebo es proteger el cuero cabelludo y el cabello para que no se sequen.
Sin embargo, su cantidad excesiva provoca que el cabello se vuelva graso a las pocas horas del lavado.
Las razones de este fenómeno son varias: genética, cambios hormonales, cuidado inadecuado del cabello e incluso estrés.
Un aspecto fundamental en el cuidado del cabello graso es elegir el champú adecuado. Es necesario dar preferencia a productos específicamente diseñados para cabello graso.
Estos champús incluyen ingredientes que controlan el funcionamiento de las glándulas sebáceas y proporcionan una limpieza más eficaz del cuero cabelludo.
Evite el uso de champús con ingredientes químicos agresivos, ya que pueden resecar la piel y provocar aún más producción de sebo.
La frecuencia con la que te lavas el cabello también juega un papel importante. Aunque parece lógico lavarse el pelo con la mayor frecuencia posible, esto sólo puede empeorar el problema.
El lavado frecuente elimina la capa protectora de sebo y las glándulas sebáceas comienzan a trabajar más activamente. Lo óptimo es lavarse el cabello 2 o 3 veces por semana con agua tibia, pero no caliente.
También se recomienda cambiar de champú periódicamente para evitar la adicción.
El estado del cuero cabelludo incide directamente en la grasa del cabello. El masaje de cabeza regular mejora la circulación sanguínea y ayuda a normalizar el funcionamiento de las glándulas sebáceas.
El uso de exfoliaciones para el cuero cabelludo ayuda a eliminar las células muertas y mejora el estado general del cabello.
Presta atención a tu dieta: comer alimentos grasos y picantes puede aumentar la actividad de las glándulas sebáceas.
El cuidado adecuado después del lavado es igualmente importante. Usar acondicionadores y mascarillas ayuda a mantener el cabello sano, pero es importante usarlos correctamente.
Aplica estos productos solo en las puntas de tu cabello, evitando las raíces, para no apelmazarlo y provocar una producción adicional de grasa.
También existen acondicionadores ligeros sin enjuague que no apelmazan el cabello y ayudan a mantenerlo en buenas condiciones.
El tratamiento térmico del cabello y el uso de una gran cantidad de productos de peinado pueden afectar negativamente la condición del cabello.
El aire caliente del secador de pelo estimula las glándulas sebáceas y los barnices y geles pueden contener componentes que apelmazan el cabello.
Intente reducir el uso de estos productos o elija regímenes suaves y productos con composición natural.
Anteriormente te contamos con qué frecuencia debes cambiar tu toallita.