¿La cocina está perfectamente limpia pero no huele a fresco?
Averigüemos cuál podría ser la razón. En este artículo hemos recopilado 3 posibles fuentes de olores desagradables que, por motivos desconocidos, siempre escapan a nuestra atención.
El polvo, el humo, los depósitos de carbón y otras suciedades acumuladas en el interior de la campana pueden convertirse en una fuente de olores desagradables, por lo que lo primero que debes hacer es cambiar los filtros.
Cuando finalice la primera etapa, realice una limpieza general de la campana con un spray desengrasante y un cepillo de dientes; de esta manera podrá llegar incluso a los lugares más difíciles de alcanzar.
A menudo sucede que entre la estufa y los muebles de la cocina quedan huecos que con el tiempo se llenan de trozos de comida y salpicaduras de grasa.
Los restos de comida pueden caer detrás y debajo de los gabinetes de la cocina, así que asegúrese de revisar estas áreas con una aspiradora o un trapeador con un accesorio extendido al limpiar.
Incluso si su fregadero parece limpio, es posible que haya partículas de comida, grasa y otra suciedad atrapadas en el desagüe y las tuberías. Todo esto se convierte en un ambiente propicio para el crecimiento de bacterias y la aparición de un olor desagradable.
Limpia el sifón y utiliza un producto especial para el fregadero. Estos pasos ayudarán a eliminar el olor.
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