El amoníaco se puede utilizar no sólo con fines médicos, sino también en la vida cotidiana.
Este medicamento, por ejemplo, quita manchas en la ropa, blanquea la ropa de cama y elimina eficazmente la suciedad de las ventanas.
La principal ventaja del medicamento es que no forma espuma cuando se usa, lo que significa que no es necesario dedicar mucho tiempo a deshacerse de él.
Al mismo tiempo, disuelve eficazmente grasas, trozos de hojas, telarañas, restos de insectos y otros residuos orgánicos.
Como resultado, cuando lave ventanas con amoníaco agregado al agua, no tendrá que frotar el vidrio; un movimiento de la mano será suficiente.
Si quieres lavar no sólo vidrio, sino también plástico, piezas metálicas y barras de cortinas, diluye 5 ml del producto en 5 litros de agua.
Para manchas graves, conviene preparar una solución más concentrada: 2 cucharadas de alcohol por 1 litro de agua. Esta solución eliminará el óxido y los óxidos de las piezas metálicas.
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