Algunas personas, para ahorrar tiempo, utilizan agua caliente en lugar de fría para cocinar.
Esto no debe hacerse bajo ninguna circunstancia, advierten los expertos.
En primer lugar, el agua caliente es técnica, no está destinada a beber ni cocinar.
En segundo lugar, de camino al grifo, el agua caliente, simplemente por estar caliente, recoge muchas más impurezas de las paredes de las tuberías que el agua fría.
Y cuanto más viejas son las tuberías de la casa, más diversas impurezas hay en el agua caliente.
Puede utilizar agua caliente para beber y cocinar solo en casos extremos, por ejemplo, si se ha cerrado el agua fría.
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