Si notas que después de lavar tu ropa huele a humedad y, además, está decorada con manchas grises sucias de origen desconocido, puedes estar seguro de que se ha asentado moho en la máquina.
Averigüemos por qué las colonias de hongos han elegido el interior de los electrodomésticos.
Si lavas constantemente las cosas en un ciclo delicado o en un lavado rápido, el agua solo se calienta hasta 30-40 grados, lo que no siempre es suficiente para matar bacterias y esporas de hongos. Como resultado, los microorganismos pueden depositarse en el interior del tambor y de la puerta de la lavadora.
Cada vez que utilizas acondicionador o abrillantador, puedes contribuir a la formación de un residuo viscoso en las superficies de plástico, metal y goma de tu lavadora. Esta placa no se elimina por completo y se convierte en un caldo de cultivo ideal para el moho.
Después de terminar el lavado, no deje la ropa en el tambor de la lavadora por mucho tiempo. La humedad, el frío y la falta de aire fresco crean las condiciones ideales para el crecimiento de hongos. Las cosas deben retirarse del tambor inmediatamente después de terminar el lavado o, como máximo, después de 2-3 horas. Si es posible, la ropa se puede transferir a un lavabo.
No cierres la puerta de la lavadora si todavía queda agua dentro del tambor. Esto puede provocar un aumento de la humedad que, cuando se combina con bajas temperaturas, favorece el rápido crecimiento de moho. Lo mejor es dejar la puerta ligeramente abierta hasta que el coche esté completamente seco.
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