El polvo en la casa es algo habitual. Puedes realizar una limpieza húmeda constantemente y mantener una limpieza perfecta, pero siempre aparecerá polvo.
Para comprender cómo abordarlo realmente, es necesario determinar cómo aparece y qué se debe hacer.
Hay varias razones para su aparición.
1. Procesos naturales. El polvo se genera a partir de procesos naturales como plantas en descomposición, polen y partículas del suelo, que pueden ingresar a los espacios interiores a través de sistemas de ventilación o puertas y ventanas.
2. Las actividades humanas como caminar sobre alfombras, mover muebles e incluso respirar pueden generar polvo.
3. Mascotas. El pelo y las escamas de las mascotas también son fuentes de polvo, especialmente si tienes mascotas propensas a mudarse.
4. Los materiales textiles como cortinas, alfombras y muebles tapizados pueden acumular polvo.
El polvo no aparece en la casa solo en un caso: nadie vive, las puertas y ventanas están bien cerradas. En otras situaciones, aparecerá polvo en la habitación.
Hay varios métodos básicos:
• limpieza húmeda periódica;
• utilizar una aspiradora con filtro HEPA;
• cambio regular de ropa de cama y limpieza de superficies textiles;
• uso de purificadores de aire;
• mantener una humedad óptima;
• minimizar las fuentes de polvo;
• limpieza periódica de los sistemas de ventilación;
Lo más interesante es que algunas personas siguen buscando “remedios milagrosos”. Es importante comprender que siempre se genera polvo y que la lucha contra él consta de muchas acciones. Si quieres evitar que aparezca polvo, sólo tienes que no vivir en la casa.
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