No es ningún secreto que el cuidado de cualquier artículo debe realizarse de acuerdo con las instrucciones que figuran en la etiqueta del producto.
¿Pero qué pasa si falta la etiqueta? Entonces las reglas generales ayudarán. Son precisamente estos –en relación con las almohadas– los que compartiremos hoy con vosotros.
Las almohadas deben lavarse a baja velocidad; ni siquiera el centrifugado debe realizarse a más de 500 rpm.
Si su lavadora admite los modos Sintético o Plumón, seleccione uno según el relleno de la almohada. También son adecuados los modos "Lavado delicado" o "Lavado a mano".
Si la almohada es grande y no cabe en la lavadora, es necesario quitarle el relleno.
Divídalo en partes iguales y colóquelo en fundas separadas antes de lavarlo. Esto no se aplica a materiales que no se pueden separar sin sufrir daños.
Utilice detergentes líquidos o en gel para lavar las almohadas. El polvo seco puede quedar atrapado en las fibras y no eliminarse ni siquiera después del enjuague.
Seca tus almohadas al aire libre, evitando la luz solar directa. Dale la vuelta y esponja la almohada una vez cada hora; esta sencilla técnica la mantendrá suave.
Anteriormente nombramos los principales errores a la hora de lavar que arruinan las cosas.