A veces, la ropa de cama se convierte en una fuente de olores desagradables incluso después del lavado.
Esto puede suceder en dos casos.
La primera es que se olvidó de detener el proceso de remojo previo a tiempo: como resultado, la ropa se “agria”.
La segunda situación también ocurre a menudo: algunas amas de casa “sobreexponen” su ropa en la lavadora, olvidándose de enviarla a secar a tiempo.
La solución óptima sería volver a lavar, pero debes comprender que ni el polvo ni el acondicionador pueden solucionar el problema del olor desagradable.
Por eso vale la pena utilizar bicarbonato de sodio. Sólo un vaso es suficiente para lavar. Lo enviamos al contenedor de polvo.
Puedes probar con otro método si el olor parece demasiado persistente. Para preparar la composición es necesario tomar 100 ml de bórax y vinagre.
En ambos casos, es importante enjuagar bien la ropa.
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