El tul es una parte integral del interior que realiza muchas funciones útiles.
Protege la habitación de la molesta luz solar y de las miradas indiscretas, además complementa la ventana y embellece el interior en general.
Sin embargo, debido a factores externos, las cortinas a menudo pierden su blancura prístina y ya no evocan tanto deleite con su apariencia como antes.
Si te encuentras con una situación similar, intenta blanquear el tul en casa.
Para hacer esto, no necesitará lejía ni quitamanchas, sino un "ayudante" inesperado como el azúcar.
Después de lavar el tul de la forma habitual, a mano o en la lavadora, remójalo en una solución dulce.
Para prepararlo será necesario mezclar azúcar en agua a razón de 1 cucharadita de azúcar granulada por litro de agua.
Después de 30 minutos de este "baño", las cortinas deben escurrirse y secarse. Como resultado, obtendrás un tul blanco como la nieve y aparentemente almidonado.
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