Las finas cortinas blancas, especialmente si se cuelgan en la cocina, adquieren rápidamente un tinte amarillento si no se lavan. Y si lo lavas con frecuencia, pueden volverse grises.
Hay una forma de devolverle a las cortinas su brillo anterior, incluso sin lavadora. Lo principal es remojarlo adecuadamente.
Te revelamos un método para el delicado lavado reparador del tul.
1. Llenar un recipiente con agua a una temperatura de unos 30 grados y dejar el tul durante 1 hora. Durante este tiempo podrás lavar todo el polvo que se haya depositado en la tela.
2. Drene el agua sucia y enjuague la cortina con agua corriente.
3. Recogemos agua limpia, disuelve 500 gramos de sal de mesa en un recipiente y la remojamos durante aproximadamente una hora, después de lo cual enjuagamos la cortina con agua fría.
4. Volvemos a recoger agua y esta vez añadimos detergente (gel, polvo), dejamos media hora, arrugamos el tul con las manos, escurrimos el agua y enjuagamos la cortina.
5. Remojar nuevamente y agregar 5 cucharadas de vinagre al agua. Después de 30 minutos, escurre el agua.
6. Remojar nuevamente, agregar 1-2 gotas de verde brillante.
Este es un viejo truco que hace que las cortinas sean de un blanco deslumbrante y brillante. Pero hay que actuar rápido para que el tul no manche.
Ya solo queda escurrir el agua, enjuagar la cortina y colgarla de la barra de la cortina.