El aguanieve en invierno es un fenómeno que ciertamente no sorprende a nadie, sino que más bien molesta.
El aguanieve no sólo estropea el aspecto de las calles y dificulta la circulación, sino que también daña los zapatos. Como resultado, los zapatos se mojan y no puedes caminar con esos zapatos durante mucho tiempo si no quieres resfriarte.
Otra desventaja es que las botas que no se han secado adecuadamente a tiempo empiezan a oler desagradablemente. Por lo tanto, es necesario conocer reglas simples.
Primero, las botas deben limpiarse de suciedad y secarse con un paño seco.
Luego puedes llenar tus zapatos con periódicos u otro papel seco, que debes cambiar periódicamente.
También ayudarán los productos que además absorben perfectamente el exceso de humedad: arroz, refrescos y sal. Se pueden guardar dentro durante varias horas.
Es recomendable utilizar pequeñas bolsitas de tela o calcetines.
Vale la pena agregar que un relleno tan natural también puede eliminar un olor desagradable.