Después de comer sardinas, espadines o atún, muchas personas ni siquiera piensan en qué hacer con el aceite que queda en el tarro.
Simplemente vierten el líquido viscoso en el lavabo o el inodoro.
Muchas amas de casa hacen lo mismo después de que sus miembros hayan comido arenque, camarones o cualquier otro producto bañado en aceite y vendido en envases de plástico.
Este es un error muy grave. Bajo ninguna circunstancia debe entrar aceite por el orificio de drenaje.
El aceite no se disuelve en agua. Además, después de verterlo en el desagüe o en el inodoro, se vuelve excesivamente espeso.
De esta forma, el producto permanece en las tuberías. O mejor dicho, en sus paredes. Por tanto, el riesgo de bloqueo se vuelve máximo.
El aceite enlatado restante se puede utilizar como aderezo para ensalada de verduras.
El plato no sólo será más satisfactorio y nutritivo, sino que también adquirirá un interesante sabor a pescado.
Si se ha acumulado demasiado aceite y no planea usarlo con fines culinarios, debe verter el líquido viscoso en una botella de plástico vacía. El contenedor debe cerrarse herméticamente y colocarse en el contenedor de basura tal como está.