Al elegir una granada en una tienda o mercado, no debes centrarte en el color de la cáscara.
Te contamos en qué debes fijarte a la hora de comprar una granada.
El color de la cáscara puede variar significativamente entre diferentes variedades, por lo que no debes confiar en él.
Es necesario prestar atención a la integridad de la cáscara: no debe haber grietas, abolladuras ni manchas.
Una granada madura tiene una cáscara fina, pero no seca, que es brillante y se ajusta firmemente alrededor de los granos.
La flor al final del fruto debe estar seca, abierta y de diferente color.
Una fruta madura tiene una flor más clara. Si la flor y la piel son del mismo color, la granada no está madura.
Además, la granada debe ser pesada, dura y emitir un sonido sonoro al golpearla.