El aire acondicionado, que supuestamente da a las cosas un aroma sutil y las suaviza, a veces produce el efecto contrario.
Pero la cuestión no está en la calidad de los productos químicos domésticos, sino en el material en sí. No toda la ropa de cama y la ropa se pueden lavar con suavizante.
A las amas de casa se les dijo qué cosas podrían salir mal después de tal lavado.
Los bañadores y bañadores están hechos de tejidos sintéticos elásticos: nailon, lycra, elastano, etc. Si los lavas con aire acondicionado, los materiales perderán sus propiedades, empezarán a absorber mucha agua, tardarán mucho en secarse y se no mantienen su forma.
En realidad, cualquier producto relleno de plumón y plumas. Debido al aire acondicionado, la prenda no estará tan caliente.
Las batas y toallas no absorberán bien la humedad y se volverán rígidas y pesadas.
El chándal, fabricado con un tejido que repele la humedad, tampoco se puede lavar con acondicionador. Lo mismo ocurre con la ropa interior térmica.
El lavado delicado debe realizarse sin utilizar acondicionador; de lo contrario, las prendas calientes perderán su estructura y dejarán de calentarse. El producto no se aclara bien al lavarlo.
No lave ropa de cama, ropa de lino natural y otros materiales que dejen pasar el aire y la humedad.
Y lo último que se puede estropear durante el lavado son los trapos y paños de microfibra. Dejarán de absorber humedad y polvo.