Las migas, las manchas y los charcos en la mesa del comedor o en la encimera son inevitables.
La eliminación de trozos de comida y restos de té no suele suponer ninguna dificultad para las amas de casa.
Mucha gente prefiere hacer esto: coger un trozo de papel toalla o una servilleta de papel y pasar el producto sobre los muebles sucios.
El material absorbe perfectamente la humedad y ayuda a recoger fácilmente todas las migas.
Sin embargo, algunas amas de casa experimentadas nunca limpian la mesa con papel. Se cree que es mejor utilizar un trozo de tela para este fin.
El uso de material de papel para retirar pequeños restos de la superficie de los muebles es un mal augurio.
Se cree que un ama de casa que comete tal error puede traer consigo fracasos y problemas económicos para ella y su familia.
La creencia apareció por una razón. En la antigüedad existía una actitud especial hacia el papel. Se creía que ese material no se podía utilizar para la limpieza. La violación de la prohibición se consideró una manifestación de despilfarro.
Sin embargo, existe una explicación racional por la que no se debe limpiar la mesa con papel.
Por lo tanto, en la superficie de los muebles puede haber no solo migas y charcos, sino también suciedad rebelde. Por ejemplo, manchas de grasa. Es poco probable que el papel pueda hacerles frente. Pero un paño eliminará esas manchas sin ningún problema.