Durante su visita, muchas personas se ofrecen como voluntarias para lavar los platos.
Parecería que esto no tiene nada de malo: el huésped ayuda a la anfitriona, salvándola de la necesidad de limpiar toda una montaña de platos.
Aún así, no vale la pena demostrar tanta ayuda en casa de otra persona, especialmente si nadie pide ayuda.
El hecho es que lavar los platos en una fiesta puede, según la creencia popular, tener consecuencias indeseables.
Según la creencia popular, un huésped que lava los platos puede "quitar" la felicidad de la casa.
Una familia que acepta dicha ayuda puede perder riqueza y amor.
No se pueden descartar graves dificultades económicas y disputas que, en última instancia, podrían conducir al divorcio.
Se considera que la situación más peligrosa es cuando los platos los lava una chica soltera que visita a una pareja que ha formalizado su relación hace mucho tiempo.
El cartel apareció por una razón. El hecho es que los problemas surgieron muy a menudo después de que el huésped lavó los platos.
Sin embargo, esto no se explica por la acción de poderes superiores, sino por el hecho de que una persona servicial, pero no muy ordenada, podría romper accidentalmente los platos de otras personas.
Si los platos estaban hechos de material caro, inevitablemente surgía una disputa: los propietarios, que habían perdido artículos domésticos costosos, expresaron su descontento.