Mucha gente nota que con el tiempo la ropa deja de ser tan brillante como en los primeros días después de la compra.
Algunos atribuyen esto al hecho de que las cosas se usan con regularidad, lo que afecta su color.
Sin embargo, ésta no es la única razón. La mayoría de las veces, el color se vuelve opaco simplemente porque lavas la ropa con frecuencia. Debido a esto, el polvo permanece en las fibras del tejido, ya que el modo de enjuague no siempre logra eliminar el detergente al 100%.
Uno de los métodos más eficaces es la sal común. Tendrás que diluir unas cucharadas de sal en agua y dejar reposar media hora.
El líquido debe estar frío.
Este método también ha demostrado su eficacia. Se diluyen tres cucharadas grandes de refresco en tres litros de agua.
Las cosas se dejan sólo durante diez minutos.
Este método original se utiliza si necesitas blanquear la ropa con métodos delicados. Después de esto, es necesario lavar bien la ropa.