Incluso si utiliza un detergente en polvo o gel caro, no hay garantía de que el producto pueda realizar la tarea.
Hay varias razones para esto, pero lo primero es lo primero.
Quizás este sea el principal error que toda ama de casa ha cometido al menos una vez. Si ha ensuciado una prenda, no la coloque en el cesto de ropa sucia hasta que se haya acumulado una cantidad suficiente de ropa sucia.
Durante este tiempo, la suciedad quedará firmemente incrustada en la tela y tendrás que esforzarte mucho más para eliminar la mancha. En su lugar, intente abordar la descontaminación el mismo día.
Cuanto más furiosamente uses tus manos para frotar la mancha, más delgada se vuelve la tela en esa área. También está prohibido el lado duro de una esponja o cepillo.
En su lugar, use una toalla de papel o una servilleta para secar suavemente el área donde cayó la suciedad; debería poder eliminar la mayor parte de la mancha.
No creas que cuanto mayor sea la temperatura del agua, más fácil será deshacerse de la contaminación. El agua caliente, por el contrario, hace que la suciedad se deposite con más fuerza en la ropa.