Las esponjas suelen guardarse cerca del fregadero de la cocina. Y esto es bastante lógico: no puedes prescindir de este producto a la hora de lavar los platos.
Sin embargo, en las cocinas de algunas amas de casa, las esponjas se pueden encontrar no sólo junto al fregadero, sino también en… el frigorífico.
Resulta que, en algunos casos, almacenar un producto blando a bajas temperaturas tiene sentido.
Pero esto no debe hacerse sólo con los propios esponjas de cocina, sino para conseguir otros objetivos.
Mientras visitaba a alguien, ¿abriste el refrigerador y viste una esponja de cocina en uno de los estantes? ¡No te sorprendas!
Tener el producto en esta ubicación tiene sentido. Por ejemplo, en una situación en la que es necesario eliminar olores innecesarios de un dispositivo de refrigeración.
Por supuesto, puedes simplemente poner un platillo con bicarbonato de sodio en el estante. Pero el producto puede derramarse fácilmente.
Es más fácil usar una esponja. Antes de guardar el producto en el frigorífico, se debe remojar en una solución preparada a base del producto a granel mencionado anteriormente.
No se derramará nada, los estantes permanecerán limpios y el hedor desaparecerá mucho antes.
También puede encontrar el producto en el compartimento congelador del frigorífico.
Algunas amas de casa ponen allí esponjas para congelar el agua.
Por supuesto, puedes instalar una cubitera de hielo llena de agua. Pero a veces surge la necesidad no de conseguir cubitos de hielo, sino de un dispositivo de frío "reutilizable".
El bizcocho congelado en la bolsa retiene la humedad durante bastante tiempo. Por lo tanto, puedes llevarlo de viaje con seguridad. Es posible que sea útil durante la recreación al aire libre: por ejemplo, para aplicarlo en el lugar de un hematoma.
Los cubitos de hielo se derretirán muy rápidamente. Y la esponja es capaz no solo de retener líquido frío durante mucho tiempo, sino también de volver a congelarlo. Importante: ¡no olvides meter el bizcocho en una bolsa antes de meterlo en el congelador!