Probablemente haya escuchado de amigos o haya leído en Internet que el fregadero de su cocina se puede limpiar hasta dejarlo brillante con harina común.
Pero no todo el mundo sabe que este método, aunque eficaz, puede tener consecuencias desagradables en forma de bloqueo.
Por eso, nos apresuramos a contarte cómo realizar correctamente el procedimiento de limpieza.
Comience limpiando su fregadero con el líquido para lavar platos que usa a diario.
Enjuague el fregadero con agua limpia y séquelo con una toalla para que no quede ni una gota de agua en la superficie del fregadero.
Espolvoree harina uniformemente sobre un fregadero seco (aproximadamente 2 cucharadas para un fregadero de tamaño estándar) y luego, usando una toalla desechable o el lado áspero de una esponja, frote bien el fregadero.
Ya solo queda recoger la harina (te sorprenderá lo sucia que quedará) y tirar el producto usado a la basura.
La etapa final es el enjuague, después del cual es necesario volver a limpiar el fregadero.