Desde la antigüedad, se han formado diversos signos, costumbres y convenciones en torno a la joyería.
Incluso las personas que no se consideran supersticiosas piensan por un momento si vale la pena recoger las joyas de otra persona y si prestar atención a la cadena rota.
Muchos anillos o pendientes están decorados con piedras que se caen y se pierden. Hay dos versiones de la interpretación del signo. Difieren en consecuencias. Se promete la separación de un ser querido. La pérdida de un diamante predice grandes gastos no planificados. Si se pierde una perla, promete enfermedad.
Otro cartel promete a las mujeres o niñas solteras una boda rápida. Si la piedra se cae del anillo de bodas, los cónyuges continuarán su buena relación en el matrimonio.
Dicen que las cadenas o cuentas se rompen en personas que se encuentran en una situación difícil. Pero el letrero dice que la persona pronto encontrará una solución y todo volverá a la normalidad.
Sin embargo, las perlas esparcidas por el suelo predicen gastar dinero. Para minimizar la influencia de los signos, se recogen todas y cada una de las perlas.
Un presagio positivo que promete muchas cosas buenas a quien lo encuentre. Por ejemplo, una persona que busca el amor pronto lo encontrará. Una mujer que espera una propuesta de matrimonio pronto irá al altar.
Las señales tampoco prometen nada malo para las mujeres casadas. Tal hallazgo promete felicidad, una rápida incorporación a la familia o un éxito que no esté relacionado con la vida personal. Por ejemplo, crecimiento profesional o grandes ganancias.