Los geles líquidos para lavar ropa se han ganado desde hace mucho tiempo su “lugar bajo el sol”; casi no hay una sola familia que nunca los haya usado.
A pesar de la popularidad de estos medios, no todo el mundo sabe cómo utilizarlos correctamente, por lo que nos apresuramos a contarle en qué situaciones es apropiado utilizar SMS líquidos y cuándo es mejor rechazarlos.
Como regla general, se puede usar gel de lavado cuando la temperatura del agua no supera los 40 grados.
Esto se debe a que las temperaturas más altas alteran las enzimas que descomponen las manchas de proteínas, grasas y almidón, mantienen el color y previenen la formación de bolitas.
Pero incluso tales componentes en la composición del producto no pueden hacer frente a una contaminación severa.
Por este motivo, si la prenda está muy sucia, antes de tirarla a la lavadora, aplica el gel directamente sobre la mancha y déjalo un rato para que sature la tela.
De ahí la conclusión: el gel de lavado es simplemente insustituible cuando se trata de refrescar prendas de guardarropa o lavar ropa ligeramente sucia.
No sólo se disuelve perfectamente en agua, por lo que es eficaz incluso a bajas temperaturas, sino que además se aclara bien sin dejar marcas en la ropa, por lo que es apto para personas alérgicas.