¿Apostamos que probablemente ya se te ha caído un huevo crudo al suelo?
Quizás no haya una sola persona que no sufra este problema.
Parece que esto no tiene nada de malo, pero esta impresión dura exactamente hasta que tienes que afrontar la necesidad de eliminar las consecuencias de tu propia incomodidad.
Afortunadamente, pudimos encontrar un consejo eficaz que te ayudará a limpiar rápidamente el desorden sin manchar la cocina con la yema.
Todo lo que necesitas para esto es sal gruesa.
Probablemente ya hayas adivinado cómo proceder: hay que cubrir los restos de huevo con una gran cantidad de sal para que los cubra por completo.
Deja el huevo así durante 10 minutos, después de lo cual podrás volver a limpiar.
Con un trapo o una toalla de papel doblada en varias capas, retira con cuidado el huevo del suelo.
Gracias a la sal conseguirás que el huevo se endurezca un poco y no se esparza por el linóleo dejando una marca antiestética.