En la mayoría de los casos, la cremallera se abre rápidamente y se cierra sin problemas.
Esto explica el hecho de que se encuentren cremalleras en muchas prendas de vestuario y bolsos: este tipo de cierre es muy cómodo de usar.
Es cierto que la situación cambia drásticamente si el control deslizante comienza a atascarse.
Las cremalleras pegajosas molestan a la gente. Resolver el problema sin utilizar herramientas especiales es muy difícil: un uso cuidadoso lleva mucho tiempo y, si tira bruscamente del sujetador, puede romperse.
Afortunadamente, volver a poner la cremallera en funcionamiento es muy fácil.
Para ello basta con lubricar los dientes del dispositivo con algún medio que simplifique el deslizamiento del control deslizante.
Curiosamente, un lápiz puede ayudar. O mejor dicho, el protagonista de esta papelería.
Debe "pasar" la mina del lápiz a lo largo de la cremallera cerrada. Como resultado, el problema quedará resuelto.
La cremallera dejará de pegarse si la lubricas con una vela.
La parafina, como la mina de un lápiz, restaura rápidamente el funcionamiento de la cremallera.