En los viejos tiempos, creían que unas cuantas hojas de laurel en los zapatos traían felicidad, prosperidad y buena suerte a la vida.
Para la mayoría de las personas, la hoja de laurel es una especia que sólo pertenece a la cocina.
Supersticioso y práctico son rasgos incompatibles. Sin embargo, tanto la primera categoría de personas como la segunda creen que las hojas de laurel son útiles no sólo en la cocina.
Una persona supersticiosa cree que la especia tiene un poder energético especial que puede atraer felicidad, prosperidad, dinero y limpiar la casa de negatividad.
Esta categoría incluye hojas de laurel en los zapatos. Según la antigua creencia, se recurría a este ritual para el bienestar de los recién casados.
Se colocaron hojas en los zapatos antes de la boda. Se creía que la especia fortalecería a la familia recién formada y la relación entre marido y mujer se volvería aún más sincera y fuerte.
Quienes no creen en los augurios utilizan las hojas de laurel para solucionar un problema urgente. La especia ayuda a combatir los olores desagradables.
Por ejemplo, basta con colocar hojas de laurel en zapatillas de deporte, botas o zapatos durante la noche, y por la mañana el hedor desaparecerá o se debilitará.