Según la creencia popular, una herradura es el talismán más fuerte que puede atraer buena suerte, felicidad y éxito.
Las ideas sobre esto aparecieron en la antigüedad, pero no se perdieron en el polvo de los siglos, llegando al siglo XXI.
Los antepasados creían que una herradura encontrada en el camino traería buena suerte si la llevaban a casa y la colgaban encima de la puerta principal. Se recomendó asegurarlo con un clavo. Se creía que el talismán tenía poder si simplemente se entregaba como regalo.
Con el tiempo, la creencia ha cambiado ligeramente. En el mundo moderno, cualquier herradura es símbolo de buena suerte. Hoy en día en casa no sólo se cuelgan productos de hierro, sino también herraduras decorativas fabricadas con otros materiales (madera, cerámica, vidrio, etc.).
Además, la herradura se convirtió en un símbolo de expulsión de los malos espíritus y todo tipo de desgracias. Se cree que ella es capaz de limpiar la casa de todo lo malo y traer felicidad.
Ambas opciones son aceptables. Pero todo depende del objetivo que se persiga. Si es necesario proteger la casa de los espíritus malignos y los malvados, la herradura se cuelga con los extremos hacia abajo. El talismán se coloca dentro o fuera de la casa, a elección de los propietarios.
Según la leyenda, la negatividad que entra en una casa entra por un extremo del amuleto y sale por el otro y no permanece en el hogar.
Si necesita atraer felicidad, dinero y buena suerte, entonces la herradura se coloca en semicírculo hacia abajo y con los extremos hacia arriba.