Lavar superficies de vidrio difícilmente puede considerarse un pasatiempo agradable.
La situación sólo se ve agravada por las manchas y las manchas, por lo que las amas de casa sienten que todos sus esfuerzos se han ido por el desagüe.
Por eso, nos apresuramos a compartir contigo un método gracias al cual no queda ni el más mínimo rastro en la superficie del vidrio.
En primer lugar, debes decidirte por un detergente. Varias opciones pueden desempeñar su papel:
Además, también necesitarás “herramientas especiales”: tres paños de microfibra, un raspador de ventanas, una esponja de doble cara diseñada para lavar platos y un paño especial creado específicamente para vidrio, que primero conviene humedecer ligeramente.
Entonces, llena una botella con atomizador con agua y agrégale una cucharada de detergente.
Rocíe la composición sobre el vidrio y, con un raspador, de arriba a abajo, elimine el exceso de agua. Tenga en cuenta: cada vez que termine de moverse, el raspador debe limpiarse con microfibra.
Si notas manchas de suciedad en el cristal que no quieres quitar, frótalas con una esponja, luego repite los dos primeros pasos (pulverizar el producto y limpiar con una rasqueta).
Solo queda secar el cristal con una microfibra, y otro paño te servirá para quitar el agua que haya caído sobre los marcos y alféizares de las ventanas.
El toque final es darle una limpieza final a las ventanas con un paño para vidrios.