Gracias a este sencillo remedio, tus cristales permanecerán relucientes por más tiempo.
A menudo, al cabo de unos días, las ventanas recién lavadas quedan cubiertas por una fina capa de polvo. Debido a esto, las amas de casa que se esfuerzan por la limpieza se ven obligadas a lavar el vaso con más frecuencia.
Las amas de casa experimentadas utilizan un producto probado que protege las ventanas de la suciedad y el polvo durante semanas.
La composición simple forma una especie de película protectora que evita que se peguen escombros de la calle.
El producto consta de tres componentes: agua, glicerina y amoniaco.
Para empezar, las ventanas se lavan de la forma habitual. Luego mezcle aproximadamente 150 ml de glicerina y 8 gotas de amoniaco en 100 ml de agua.
Aplique la solución con un paño sin pelusa. Las ventanas lavadas se limpian con una solución, gracias a la cual el vidrio brillará limpio 2-3 veces más de lo habitual.