Cuando se trata de limpiar ventanas, a menudo surgen disputas sobre cómo lavar la superficie para que brille y no deje rayas.
Como regla general, los medios inesperados son los más efectivos.
No todo el mundo sabe que este es el limpiador de ventanas ideal. Gracias al amoniaco podrás hacer frente al polvo, las manchas y la suciedad
Es muy sencillo preparar una solución de trabajo: diluir solo una cucharada del producto en un litro de agua.
Si hace tiempo que no lavas tus ventanas, es mejor que pruebes este producto. El almidón le permitirá lavar incluso una superficie polvorienta hasta dejarla cristalina.
Se diluye una cucharada de almidón en un litro de agua. La composición resultante se distribuye sobre la superficie de la ventana. Debes esperar 20 minutos.
Después de esto, pula la superficie con un paño limpio y seco.
Para ello, lo mejor es utilizar sal finamente molida. Disuelve tres cucharadas de sal en medio litro de agua y comienza a lavar la superficie.
Las ventanas quedarán perfectamente limpias.