Mucha gente conoce desde la infancia una simple prohibición: no es costumbre dejar cubiertos en la comida preparada.
Algunos creen que esto se debe simplemente al hecho de que una cuchara o un tenedor en una olla de sopa en una ensalada terminada no parece lo más atractivo.
Sin embargo, la verdadera razón no es la estética.
La explicación más razonable es la siguiente: la composición química de una cuchara o cualquier otro cubierto entra en contacto con los alimentos durante un largo periodo de tiempo.
Como resultado, la comida preparada puede resultar dañina debido a la composición especial de los dispositivos. Además, no olvide que estos alimentos se echan a perder mucho más rápido.
Esta regla se aplica especialmente a las sopas, que se pueden conservar durante varios días en el frigorífico, pero que debido a las cucharas se estropean muy rápidamente.
Por el mismo motivo, no conviene dejar un cucharón en el recipiente con la sopa.
Otra razón radica en el hecho de que el alimento terminado adquiere un sabor nuevo y no del todo agradable.