Las cortinas no sólo complementan el interior de la habitación, sino que también protegen a los habitantes del apartamento del polvo de la calle.
Con el tiempo, el tul se vuelve amarillo o gris, lo que se nota especialmente en las cortinas de colores claros.
Las amas de casa experimentadas saben cómo devolver un producto a su pureza original, incluso devolverle al tul la blancura perdida como la nieve.
Con el método antiguo, la cortina durará muchos años más y le deleitará con su limpieza y su aspecto elegante.
El bicarbonato de sodio y el ácido cítrico son una mezcla que se ha probado a lo largo de los años. Las amas de casa vierten agua tibia en un recipiente, agregan 50 g de ácido cítrico y 2 cucharadas. l. soda Las cortinas se dejan en la solución resultante durante 30 minutos.
Después del remojo, el tul se escurre suavemente y se lava a máquina de la forma habitual.
El método funciona incluso con tul colgado en la cocina. Aquí la cortina es constantemente atacada por grasa, humo y polvo.
Se vierten 10 litros de agua tibia en un recipiente y luego se diluyen con 3 cucharadas. l. peróxido de hidrógeno (3%) y 2 cucharadas. l. amoníaco.
El tul se remoja en la solución resultante durante 30 minutos. Luego enjuague, escurra y seque. Sin embargo, conviene recordar que el tul blanqueado con amoníaco y peróxido sólo se elabora a partir de organza y algodón.