A menudo sucede que un almuerzo o una cena no consumidos se van directamente al retrete.
Sin embargo, hay una serie de productos que nunca deberían acabar en la alcantarilla.
Debido al café sin terminar, las tuberías pueden obstruirse y desgastarse rápidamente, especialmente si son de hierro fundido.
En lugar de despedirte cruelmente de los restos de café, dale una segunda vida, por ejemplo, en forma de exfoliante para la piel.
La grasa restante en la sartén, después de ser desechada por el inodoro, se deposita en las paredes de las tuberías.
Con el tiempo, se acumula y provoca un bloqueo.
Aunque el agua caliente difícilmente puede considerarse un producto, merece su lugar en esta lista.
Si necesitas deshacerte del agua hirviendo, primero debes esperar hasta que se enfríe antes de verterla por el desagüe. Si viertes primero líquido hirviendo sobre el esmalte y luego agua fría, provocarás daños irreparables.