Para hacer que los zapatos sean más pequeños, se han inventado muchas formas.
Todo lo que tienes que hacer es elegir la opción que más te convenga y actuar con valentía.
Uno de esos remedios caseros es el agua caliente. Moje el interior de la suela y los costados de los zapatos con agua hirviendo y luego espere hasta que los zapatos se sequen.
Lo principal es no colocar los zapatos cerca de dispositivos de calefacción o cerca de un fuego abierto; deben secarse a temperatura ambiente.
Además, puedes utilizar algodón. Debes humedecer el hisopo de algodón y colocarlo en la punta del zapato, después de lo cual podrás ponerte los zapatos.
Para una mayor eficacia, estire el algodón hasta formar fibras y solo luego humedézcalo en agua y colóquelo.
Por último, puedes recurrir al vapor y al frío. Remoja las botas en vapor durante unos 10 minutos (ten cuidado de no quemarte) y luego coloca el par en el congelador.
Por si acaso, te recordamos que a pesar de la probada eficacia de estos métodos, pueden dañar el calzado, por lo que debes utilizarlos con precaución.