A lo largo de siglos de historia, la gente ha formado muchas supersticiones sobre las casas, los animales y el clima.
Algunas de las creencias se relacionan con poner en orden el hogar. Hace dos o tres siglos se los tomaba muy en serio.
El letrero dice que no se pueden lavar los pisos, aspirar, limpiar el polvo o tirar la basura en la casa si hay una persona en el camino. Se cree que estas acciones pueden “arruinar” el camino de sus seres queridos.
Desde la antigüedad, la gente ha asociado la escoba con el bienestar. Por eso, antiguamente, este equipo siempre se colocaba con el mango hacia abajo. La gente creía que así traían felicidad, dinero y buena suerte a la casa. Además, no se puede barrer la basura más allá del umbral. El letrero dice que así es como una persona “barre” la riqueza de su casa.
No hubo limpieza los lunes, viernes y domingos. Se creía que en estos días una persona “barre” el bienestar y a cambio recibe problemas. Los martes, miércoles y jueves son buenos días para limpiar, pero el sábado es ideal.
Desde la antigüedad existe la creencia de que se puede atraer dinero a la casa limpiando el polvo con un trapo rojo. Los trapos hechos con cosas viejas (toallas, camisetas) tienen el efecto contrario.
La creencia dice que no se debe limpiar por la noche ni sacar la basura. Se creía que de esta manera una persona libera a la casa del bienestar material y se condena a la pobreza.
Los antepasados creían que el mejor día de la semana para lavar la ropa era el miércoles. Pero esto no se pudo hacer después del atardecer. Otro cartel dice que en mayo no se deben lavar las mantas. La explicación fue que ésta era una manera segura de “sacar” a un miembro de la familia de la casa.