El grifo que gotea necesita reparación. Incluso las personas que no entienden los problemas de plomería lo saben.
Sin embargo, si por alguna razón es imposible realizar el trabajo correspondiente en un futuro próximo, es necesario al menos eliminar el desagradable sonido de las gotas que caen.
Para hacer esto, no es necesario apretar nada ni utilizar ninguna herramienta.
El hilo más común vendrá al rescate.
Basta atarlo al grifo para que cuelgue directamente debajo del orificio por donde sale el agua.
Las gotas dejarán de caer sobre el fregadero desde gran altura y crearán un sonido desagradable. En cambio, el agua correrá por el hilo.
Como resultado, los residentes de los apartamentos no se sentirán molestos por sonidos innecesarios.
Pero si no utilizas el truco del hilo, las gotas caerán sobre la superficie del metal de forma continua y en cualquier momento del día.
Pero hay que destacar: el uso de hilo fino, aunque ayuda a eliminar los sonidos molestos, no soluciona el problema de las fugas.
Es recomendable reparar el grifo lo antes posible.