Gracias a este sencillo truco, incluso el tul viejo brillará como la primera nevada.
Con el tiempo, la cortina se vuelve amarilla si se cuelga en la cocina, o se vuelve gris si se acumula mucho polvo sobre ella.
Esto no se puede evitar, pero existe una forma sencilla que ayudará a refrescar el tul.
Las amas de casa, al conocer este método, lavan las cortinas con más frecuencia de lo habitual, porque no hay nada más sencillo y eficaz.
La ventaja de este método es que no es necesario comprar productos caros ni hacer trucos complicados. Basta preparar la solución, remojarla y conseguir un resultado excelente, dicen las amas de casa.
Puedes remojar la cortina en una bañera o lavabo. Coge agua y añade 1 cucharada de sal por cada litro de líquido. Si el producto está muy sucio utilizar 2 cucharadas por litro.
El agua debe estar tibia para que la sal se disuelva mejor. El tul se remoja en la solución durante 1-2 horas. Luego lavar a máquina o a mano y secar.