Cualquiera que sea el material del que esté hecha la parrilla de la estufa de gas, siempre resulta problemático lavarla.
El hollín, la grasa y el hollín se adhieren igualmente bien a superficies de acero o hierro fundido. La única diferencia es el peso de las rejillas, pero hay que frotarlas con la misma fuerza. Te contamos cómo puedes simplificar la tarea.
La superficie de trabajo de la cocina, al igual que la propia encimera, es difícil de mantener constantemente limpia.
Después de haber frito pescado o carne una vez, se pueden encontrar abundantes salpicaduras de grasa que, con el tiempo, al depositarse en la parrilla, se convierten en una capa de hollín pegajoso.
Las amas de casa suelen utilizar lana de acero y productos químicos domésticos.
En cuanto a este último, lleva tiempo actuar y la química no tiene el mejor efecto sobre la piel de las manos y el estado de las uñas.
Quizás es por eso que las amas de casa utilizan con mayor frecuencia métodos tradicionales, en lugar de compuestos químicos costosos y no los más efectivos.
En este caso, no tendrás que procesar nada, esperar y luego frotar.
La forma más sencilla, económica y accesible para toda ama de casa es calentar la parrilla a fuego abierto.
Después del calentamiento, los depósitos de carbón de la parrilla se desprenderán por sí solos. En casos extremos, tendrás que ir a algún lugar con una lana de acero o un cepillo duro.