Los rollos de bolsas de celofán para frutas, verduras, galletas y dulces, que se pueden encontrar en todos los supermercados sin excepción, pueden poner nervioso a cualquiera.
Y si antes de la pandemia muchos compradores se chupaban el dedo sin dudar en abrir la bolsa, ahora este truco, por razones obvias, está prohibido.
Sin embargo, el problema persiste, por lo que hemos seleccionado formas sencillas de resolver una tarea aparentemente imposible.
Para mojar el dedo no es necesario llevárselo a la boca.
En su lugar, dirígete al frigorífico donde se guardan los alimentos congelados y mantén el dedo contra el hielo durante unos segundos.
Muchas veces las cosas necesarias ya están en nuestros bolsos o mochilas.
Antes de ir de compras, ate un lazo de una servilleta mojada al asa de su bolso o carrito; de esta manera siempre tendrá a mano una fuente de humedad.
Este truco suele funcionar con bolsas tipo camiseta.
Basta con colocar la bolsa en la palma de la mano por el lado donde están las asas, cubrirla con la otra palma desde arriba y frotarla; los dos lados de la bolsa pronto se abrirán.