Lavar ventanas es uno de los procedimientos más difíciles a la hora de limpiar un apartamento.
El vidrio es muy difícil de limpiar para que no queden rayas.
Por supuesto, existe un truco tan antiguo como el uso de periódicos.
Sin embargo, no se recomienda utilizar dicho material: en la superficie del vidrio pueden quedar rayones (si el papel es duro), pintura y trozos de papel muy pequeños que serán difíciles de arrancar.
¿Cómo se puede conseguir que una ventana lavada quede transparente y brillante, sin marcas innecesarias? Hay un pequeño truco.
Es aconsejable lavar las ventanas no con agua corriente, sino con un líquido con un determinado aditivo. Estamos hablando de almidón.
La proporción correcta es la siguiente: por litro de agua - 1 cucharada. l. producto a granel.
La mezcla resultante se debe aplicar a las ventanas con una esponja o un paño. A continuación, se debe limpiar cuidadosamente la superficie.
Una vez finalizado el procedimiento, se deben eliminar los restos de almidón con un paño limpio empapado en agua.
La etapa final del "procesamiento" de la ventana debe ser limpiar el vidrio con un paño nuevo, esta vez seco.
El resultado de todos los procedimientos descritos anteriormente debería ser la eliminación de todos los contaminantes, el brillo ideal de la superficie del vidrio y la ausencia total de rayas.