Mucha gente se enoja si nota que una toalla de felpa esponjosa ya no proporciona una sensación agradable durante su uso.
En la mayoría de los casos, la razón radica en el hecho de que se acumula una gran cantidad de polvo en el tejido.
Este método es perfecto para amas de casa que viven fuera de la ciudad o en una casa particular. Primero debes colocar la toalla en un recipiente con agua helada durante un par de horas.
Luego escurre el líquido, llena el recipiente con nieve y deja la toalla por el mismo tiempo.
Luego debes enjuagar los textiles y secarlos de forma natural.
Se puede utilizar de diferentes maneras. Algunas amas de casa, por ejemplo, disuelven un par de cucharadas de sal en agua y dejan los textiles en remojo durante varias horas.
Luego intentan enjuagar bien la toalla con agua fría para que el tejido quede definitivamente suave y tierno.
Otros simplemente tiran las toallas en la lavadora, pero utilizan dos cucharadas de sal en lugar de suavizante.