Los fabricantes de electrodomésticos, en particular de refrigeradores, están desarrollando e introduciendo todo tipo de innovaciones para hacer la vida de la gente moderna aún más cómoda.
Así aparecen las zonas de frescura y otros contenedores para almacenar frutas, verduras y otros insumos. Pero hay un par de matices.
Una vez, después de llenar los “contenedores” del refrigerador con verduras y frutas, las amas de casa se sorprenden al descubrir que algunas comienzan a pudrirse. Y entonces me viene a la mente una de dos cosas: o los productos no se vendieron frescos o la zona de frescura en el refrigerador es otro truco de los astutos especialistas en marketing.
La razón es que muchas verduras y frutas no están destinadas a almacenarse en esos lugares, especialmente juntas.
Por ejemplo, las zanahorias y las remolachas generalmente se almacenan por separado.
Los tubérculos se colocan en recipientes ventilados separados o en bolsas con agujeros para permitir que los vegetales “respiren”. Primero hay que lavarlos y secarlos.
En cuanto a las frutas, manzanas, plátanos y albaricoques, no se almacenan juntos en absoluto. La razón es el etileno que producen, un gas conocido por promover la maduración.
Y los plátanos durarán más si se dejan a temperatura ambiente.