Muchas amas de casa han notado que poco después de limpiar, parece como si la casa nunca hubiera estado en orden.
Esto sucede a menudo cuando se olvidan de un detalle importante. Para evitar que tu hogar se ensucie más, conviene recordar este matiz.
Antes de encender la aspiradora, asegúrese de revisar la bolsa para el polvo. Si se llena al máximo de su capacidad, el trabajo será en vano.
En este caso, las pequeñas partículas de suciedad, por el contrario, entrarán en el aire y luego se depositarán en la alfombra o la mesa. El polvo y los restos pequeños permanecerán en su lugar, la aspiradora no podrá aspirarlos, porque... no hay espacio libre.
Las amas de casa experimentadas se han acostumbrado a no acumular suciedad en la bolsa para el polvo, por lo que limpian el recipiente después de cada limpieza.
Pero, en general, durante el funcionamiento normal de la aspiradora, se recomienda lavar el colector de polvo una vez al mes. Si está medio lleno, pero hay tiempo para lavar el recipiente, es mejor hacerlo, aconsejan los expertos. A menudo, un depósito de polvo demasiado lleno es la causa del sobrecalentamiento y avería de la aspiradora.