Una de las escenas de cocina más populares en casi todas las cocinas de la ciudad es la de un ama de casa que intenta en vano cortar un pollo o un pescado descongelado con un cuchillo sin filo.
Una situación que deriva directamente en riñas y otros malentendidos entre los cónyuges, pues no ha pasado ni una semana desde que se afilaron los cuchillos.
Le contamos qué acciones de las amas de casa hacen que las hojas de los cuchillos se vuelvan desafiladas.
Independientemente de la composición del material del que está hecha la hoja, el cuchillo debe almacenarse, lavarse y usarse con prudencia; de lo contrario, será necesario afilarlo más de una vez a la semana.
El fabricante vende cuchillos en estuches o soportes por una razón. Evitan que la parte afilada de la hoja entre en contacto con la superficie y otros objetos, provocando que el metal pierda su filo. Si no existen tales dispositivos, entonces vale la pena hacerse con un soporte magnético que solucionará este problema.
La peor opción es guardar los cuchillos a granel en un cajón.
El funcionamiento del cuchillo también debe ser correcto. Dicen que el momento más rápido para que una cuchilla se desafile es después de cortar productos horneados.
Para este caso, se proporciona un cuchillo especial con dientes.
Los cuchillos no se deben lavar en el lavavajillas. La razón es la alta temperatura del agua que se suministra al lavar los platos; esta no es la mejor opción para lavar cuchillos. Además, no utilice compuestos con propiedades abrasivas para este fin.
Y, por último, esté preparado para que los cuchillos se desafilen al entrar en contacto con vidrio, hierbas y alimentos ácidos, si se caen con frecuencia y si los cuchillos se utilizan para otros fines, como abrir alimentos enlatados y otros artículos.