Con el tiempo, los radiadores de calefacción empiezan a acumular grandes cantidades de polvo en su superficie.
Y cuando se produce el calentamiento, aparece un olor desagradable y entran partículas peligrosas al aire. Por lo tanto, vale la pena descubrir cómo limpiar adecuadamente los radiadores de calefacción del polvo.
La limpieza siempre debe comenzar con una aspiradora normal. Para la limpieza, utilice una herramienta para rincones plana.
Es necesario recorrer todas las zonas de la batería con una aspiradora, prestando especial atención a los apartados.
La limpieza húmeda se realiza según el tipo de radiadores instalados en la casa. Puedes recordar varias variedades y recomendaciones de limpieza.
Para hierro fundido, utilice un cepillo largo y agua tibia y jabón. El proceso de limpieza no se puede llamar rápido, pero tampoco tiene nada de complicado. Todos los espacios entre secciones deben lavarse a fondo, prestando atención al reverso.
No se recomienda utilizar una solución demasiado jabonosa, ya que pueden quedar marcas desagradables en los radiadores.
Los radiadores de calefacción de aluminio son un poco más complicados. No podrás utilizar un cepillo porque las obstrucciones son mínimas. Hay tres opciones.
Limpiar los radiadores de aluminio siempre es más complicado y la mayor parte del polvo se acumula en las juntas.
Con el tiempo, las baterías pueden oxidarse y sufrir diversos daños mecánicos. Después de la limpieza, es necesario inspeccionar cuidadosamente todos los radiadores y tomar medidas si la situación lo requiere.
Existen compuestos que ayudan a eliminar el polvo. Al usarlos conviene recordar la toxicidad. Los productos especiales funcionan bien con el polvo en superficies metálicas, pero cuando se usan se requieren guantes de goma y un respirador.